Se va acercando el verano y con él la temporada para poder disfrutar de innumerables variedades de fruta.
Una de ellas, muy tradicional en nuestra península, es el melón, que actualmente nos ofrecen en refrescantes variedades: Galia, Cantaloupe, Amarillo o Piel de sapo, la más habitual en nuestra zona.
El melón tiene propiedades muy interesantes, siempre que lo tomemos en el momento adecuado. Entre otras:
- Como la mayor parte de su peso es agua, alrededor de un 90%, se convierte en una fruta ideal para calmar la sed.
- Su contenido en azúcares es muy bajito, alrededor de un 6%, lo que lo hace ideal para mantener el peso a raya.
- Es un alimento con una energía que enfría, lo cual lo hace aconsejable para verano, momento en el que necesitamos crear apertura y refrescar.
- Además, su sabor dulce nos relaja.
- Es una fruta depurativa, ayudando a eliminar impurezas de la piel.
- Su efecto en nuestro organismo es alcalinizante.
- Tiene también propiedades diuréticas, siendo una fruta aconsejada en casos de problemas renales.
- Su suave efecto laxante lo convierte en una fruta interesante en caso de estreñimiento.
El problema con el melón es que al ser su contenido en agua muy alto, se digiere con mucha rapidez. Esto en principio suena bien, de hecho es un alimento estupendo para tomarlo fuera de las comidas, especialmente en ayunas. Lo que ocurre es que habitualmente lo tomamos como postre.
Como el melón prácticamente no necesita digestión, pasa rápidamente al intestino; si lo tomamos después de la cena o de la comida se mezclará con la digestión de las proteínas y los cereales, que es habitualmente lenta y esto provocará fermentaciones y malas digestiones.
Un exceso de agua puede además diluir los ácidos estomacales que intervienen en el proceso digestivo, dificultándolo.
A partir de las siete de la tarde nuestra capacidad digestiva disminuye, y el proceso digestivo se hace más lento. Si los alimentos que ingerimos no están combinados adecuadamente, la digestión será mucho más pesada. Por eso no es interesante tomarlo por la noche, ya se sabe el dicho… «por la noche mata«
Otro motivo por el que no interesa tomarlo a última hora del día es su alto contenido en agua que puede favorecer la necesidad de levantarse a orinar por la noche, alterando así la calidad de nuestro descanso. Su efecto laxante puede además, no resultar muy cómodo mientras dormimos.
Encontrarás cómo preparar sopa fría de melón en la pestaña de recetas. Qué lo disfrutes!!