Uno de mis platos favoritos en invierno. ¡Es tan reconfortante!
El trigo sarraceno es uno de los cereales más interesantes para los meses fríos. Su uso en países de Europa del este es muy frecuente y poco a poco va ganando adeptos en nuestro país.
Es un grano que calienta en profundidad y ayuda a eliminar el exceso de humedad y líquido acumulado en nuestro organismo.
Al no contener gluten es ideal para celiacos e intolerantes al gluten.
Su versatilidad en la cocina es grande, puedes preparar desde cremas para el desayuno, hasta deliciosas tortitas para la merienda.
Anímate a probarlo… ¡verás cómo te gusta!
Ingredientes:
1 taza grande de trigo sarraceno
1,5 a 2 litros de agua
350 gr. de calabaza
2 troncos de brócoli
3 tiras de apio
1 diente de ajo
2 hojas de laurel
1 tira de alga wakame
1/2 a 1 c.s. de mugi miso
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Pica todas las verduritas en daditos finos.
Para picar el brócoli es conveniente pelar la parte más cercana a la raíz pues suele estar un poco dura. Luego córtalo en lonchas y así será más fácil hacer los daditos. Guarda las florecitas para otro guiso.
Comienza salteando el apio y el ajo en una cazuela con una pica de sal y sobre un poco de aceite de oliva.
Cuando comience a dorarse, añade el brócoli y la calabaza, otra pizca de sal y saltea un par de minutos.
Añade el sarraceno bien lavado, remueve unos segundos y añade el agua. Comienza con 1,5 litros, y luego si te gusta más caldoso puedes añadir el resto.
Añade también el alga picadita fina con la ayuda de unas tijeras y la hoja de laurel doblada por la mitad.
Lleva el guiso suavemente a hervor. Tapa y cocina a fuego bajo durante 30 minutos removiendo de vez en cuando.
Justo antes de apagar, añade el miso previamente diluido en un poco del caldo. Mezcla bien y deja que repose unos minutos antes de servir.
Espolvorea cada bol con un poco de perejil o cilantro picadito fino.
Cocínalo con amor… y ¡Qué te aproveche!