En verano apetecen postres ligeros y refrescantes. Las natillas de polenta son ideales para combatir el calor. La polenta es un cereal muy práctico para verano, su cocción es rápida y es ligeramente refrescante.
Aprovecha para recoger algunas moras u otros frutos del bosque que crezcan en tu zona, y verás que postre más atractivo y sencillo puedes preparar en sólo unos minutos.
Ingredientes:
1 tacita de polenta fina
10 a 12 tacitas de bebida de arroz
Vaina de vainilla unos 3 a 4 cm
Una pizca de sal
Elaboración:
Abre la vaina de vainilla con la ayuda de un cuchillo afilado.
Con el mismo cuchillo, raspa el interior para separar todas las semillas del interior.
Coloca las semillas y la vaina en una cazuela junto con la polenta y la bebida de arroz.
Yo suelo utilizar 12 tacitas de bebida, porque me gusta la natilla ligera, pero si a ti te gusta más espesita añade sólo 10 tacitas.
En cuanto al tamaño de la taza, yo utilizo la más pequeña tipo café, pues la polenta cunde mucho. Con esa medida obtengo 4 bols de natillas.
De todos modos no importa el tamaño de taza que utilices, lo importante es guardar la proporción de ingredientes.
Añade también una pizca de sal a la cazuela y colócala al fuego con tapa.
Utiliza el fuego más pequeño que tengas y si puedes, utiliza difusor. De esa manera la polenta tardará más en espesar y podrás infusionar bien la vainilla.
Cocínala así durante unos 30 minutos, removiendo de vez en cuando.
La polenta podría estar preparada en tan sólo 5 minutos. El motivo por el que la dejamos más tiempo al fuego, es para que la natilla coja bien el sabor de la vainilla.
Pasados los 30 minutos, prueba de sabor. Para mi gusto suele estar suficientemente dulce, pero si te gusta más dulce, añade un poquito de tu endulzante natural preferido.
Tritura la natilla con una batidora, para deshacer los grumitos que pueden quedar. Y si quieres que te quede todavía más fina, pásala por un colador, de esa forma eliminarás cualquier resto de polenta que no se haya deshecho bien.
Sirve la natilla en bols individuales y decora con una hojita de menta y algunos frutos del bosque de temporada.
Cocínala con amor… y ¡qué te aproveche!