¡¡Ya es temporada de recoger guisantes!! Seguro que ya los puedes encontrar frescos en los mercados de verduras.
Disfrutar de un buen plato de guisantes frescos es algo que no podemos hacer todo el año, así que… ¡¡Aprovecha el momento!!
¿Y cómo los preparo, ahora que ya no consumo jamón?
Muy sencillo, vamos a usar tempeh.
Pruébalo y seguro que repites..
Ingredientes
1/2 kilo de guisantes
1 cebolla mediana
1/2 bloque de tempeh sin marinar
Una pizca de sal
Un poco de aceite de oliva
Unas gotas de shoyu
Elaboración
Pon agua a hervir en un cazo mientras pelas los guisantes.
Cuando el agua esté hirviendo echa los guisantes para escaldarlos hasta que queden al dente. No los dejes demasiado tiempo, es importante que conserven el color «verde clorofila».
Mientras los guisantes están en el agua, puedes comenzar con el tempeh.
Rállalo con un rallador de orificio grueso.
Pon un poquito de aceite en una sartén y cuando esté caliente añade el tempeh.
Fríelo hasta que quede doradito y crujiente. No lo remuevas demasiado.
Al final añádele unas gotas de shoyu y mézclalo bien.
El shoyu le dará ese sabor saladito tan típico del jamón tradicional.
Retira el tempeh de la sartén y resérvalo.
Saltea ahora la cebolla que habrás cortado en cuadraditos pequeños.
Seguramente ya estarán listos los guisantes. Cuélalos. Puedes guardar el agua de la cocción para preparar un caldo de miso rápido.
Cuando la cebolla esté doradita, añade los guisantes y mézclalo bien.
Puedes añadir ahora el tempeh o espolvorearlo por encima al servir. De esta manera mantendrá su toque crujiente.
Puedes acompañar los guisantes con una tortilla de polenta.
Una cena refrescante ahora que comienza el calor…
Cocínalo con amor y…. ¡¡Qué te aproveche!!!
Jo, que ricos están. Los acabo de comer…. Y muy fácil para preparar.
Eskerrikasko!