Esta es una de esas recetas que surgen de improvisto y que resultan tan deliciosas que me gusta compartir.
Me apetecía tomar verduras en trozos grandes, tipo estofado, como el tamaño que utilizamos cuando hacemos un nishime.
Y a la vez, me apetecía una sopita y no tenía mucho tiempo para cocinar.
Decidí unir las dos opciones y este fue el resultado.
Deseo que te guste.
Ingredientes:
2 zanahorias cortadas por el método rodado o en rodajas anchas.
1 calabacín pequeño cortado en cuartos (en casa todavía nos queda alguno de la cosecha)
1 cebolla cortada en cuadrados de 1 cm aprox.
1 patata pequeña cortada en cubos de 1 cm aprox.
6 setas shiitakes grandes cortadas en trozos de 1 cm más o menos.
1/4 de pimiento rojo cortado en cuadrados de 1 cm aprox.
2 ajos aplastados.
Sal y aceite de oliva virgen extra.
4 rodajas de cúrcuma fresca y par de golpes de pimienta negra (opcional)
Elaboración:
Comienza salteando la cebolla y el pimiento en una olla de fondo grueso y ancho, con una pizca de sal y aceite de oliva.
Cuando la cebolla comience a verse doradita, añade el ajo y la zanahoria y saltea un par de minutos más con otra pizca de sal.
Incorpora la patata y el calabacín y vuelve a saltear otro par de minutos.
Añade la cúruma, la pimienta negra y agua justo hasta las verduras. Lleva a hervor con tapa. Cuando rompa a hervir, baja la llama y cocina a fuego medio hasta que la patata y la zanahoria estén tiernas.
Cocínala con amor… y ¡Qué la disfrutes!