El sábado cocí unos garbanzos para poder preparar un hummus para el domingo, pero el día amaneció frío y me apetecía muchísimo tomarme un estofado para entrar en calor.
El problema era que había dejado los garbanzos con el tahín guardados en el frigorífico y no podía quitar la crema de tahín.
Empeñada en tomar algo calentito, probé a preparar el estofado con el tahín incluido. El resultado, !Espectacular!… Quedó un guiso cremosito y dulzón que me dejó calentita y serena toda la tarde.
Y además, resultó ser una combinación excelente si lo que necesitas es un ¡aporte extra de calcio en tu dieta!
Ingredientes:
3 tazas de garbanzos cocinados
El líquido de la cocción
1 puerro con su parte verde
1 boniato
2 c.s. rasas de tahín
Una pizca de sal
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Pica el puerro y corta el boniato en daditos.
En una olla gruesa, calienta un poco de aceite y sofrie el puerro con una pizca de sal.
Añade el boniato y deja que se dore ligeramente.
Agrega los garbanzo y el caldo de la cocción necesario para cubrir ligeramente los garbanzos.
Si los has cocinado con alga kombu, este paso es muy recomendable para que queden bien tiernos y se digieran mejor, añádela también al estofado.
Diluye el tahin en un poco de caldo cuando comience a estar calentito y añádelo al guiso.
Cuando el caldo llegue a hervor, baja la llama y deja que se cocine a fuego bajo durante unos 15 minutos para que liguen bien los sabores.
Apaga el fuego y deja que repose unos minutos antes de servir.
Al servir espolvorea con cilantro y perejil picadito y unas semillas de sésamo.
Cocínalo con amor… y ¡qué te aproveche!