Ingredientes:
1 taza de mijo
2,5 tazas de agua
2 clavos de olor (opcional)
1 puerro grande picadito en cuadraditos finos incluyendo la parte verde
2 zanahorias picaditas en daditos pequeños
1/2 c.p. de comino
1 c.s. de shoyu
Elaboración:
Lava bien el mijo y tuéstalo en una sartén sin aceite. El tostado ayudará a que el mijo te quede más suelto, que es lo que necesitas para poder hacer un buen salteado.
Pon el agua a hervir con los clavos. Si no te gusta el sabor del clavo puedes prescindir de él, pero combina muy bien con el sabor del comino.
Cuando el mijo esté bien seco y suelto, añádelo al agua que ya estará a punto de hervor.
Añade una pizca de sal marina y una comience a hervir, cocina a fuego bajo, con tapa, durante unos 20 minutos o hasta que el grano esté bien tierno.
Apaga el fuego y sácalo enseguida a una bandeja ancha para que el mijo se enfríe y airee, de esta manera quedará más suelto.
Comienza a saltear las zanahorias en una sartén amplia con un poquito de AOVE y una pizca de sal, cuando empiecen a dorarse añade el ajo picadito y las semillas de comino.
En cuanto el ajo comience a verse doradito añade el puerro y remueve bien. El puerro no necesitará más que uno o dos minutos de salteado.
Rocía las verduras con el shoyu, añade el mijo y mézclalo todo con cuidado para que se integren los sabores.
Déjalo al fuego un par de minutos, apaga y permite que repose unos minutos antes de servir.
Puedes espolvorear con perejil o cilantro picadito al servir.
Cocínalo con amor… y qué te aproveche!